jueves, 6 de septiembre de 2012

Seguridad en el Hogar



La seguridad en el hogar

Amor, seguridad, alimento, salud, higiene, abrigo, techo, valores, conocimientos, ocio, creencias… esto es lo que les hace falta a los niños para crecer y desarrollarse física, mental y anímicamente. La principal preocupación que tienen los padres, por tanto, consiste en colmar de la mejor forma posible estas necesidades. Sería inútil disertar acerca de cuál de ellas es más importante, ya que cada uno de nosotros tenemos como padres nuestra propia clasificación, pero lo que es indiscutible es cuál de ellas es la más urgente: No hay hombre o mujer en el mundo que se acuerde de si su hijo ha comido más o menos cuando lo ve acercando los dedos a un enchufe. Sólo hay una cosa que nos hace dar un salto de la silla obviando el resto: Su seguridad. Una vez garantizada la integridad física de nuestro pequeño o pequeña ya nos ocuparemos de si se ha ensuciado, si tiene hambre o si tiene frío.
Este comportamiento no distingue razas, costumbres, nacionalidades o cultura. En todo el mundo es igual porque se trata de un instinto asociado a la preservación de la especie.
Sin embargo, y pese a la dedicación de los padres y el resto del entorno del niño, hoy en día los más pequeños de la casa siguen sufriendo accidentes que en la mayoría de los casos podrían haberse evitado. Esto ocurre sencillamente porque la capacidad de atención de los adultos es limitada y es imposible estar el cien por cien del tiempo pendientes de ellos. Por otra parte es incluso contraproducente para ellos, porque se sentirán continuamente acosados y tendrán serias dificultades para desarrollar su propia autonomía.
El reto está, por tanto, en garantizar al máximo la seguridad de nuestros niños y hacerla compatible con su libertad para experimentar. Para conseguirlo hay que partir de una premisa muy simple: “Quien evita la ocasión, evita el peligro”.
Se trata de poner en marcha una serie de estrategias de seguridad pasiva según en el entorno en el que se encuentren nuestros niños y niñas. Vamos a enumerar algunas de ellas a continuación.

En general

Enchufes

·      Riesgo: Suelen estar colocados a una altura a la que llegan perfectamente los más pequeños. La edad más peligrosa es desde el gateo a los tres años, porque no tienen noción del peligro y sus pequeños dedos pueden entrar en el enchufe.
·       Solución: Lo mejor es colocar unas piezas de plástico con dos patas que encajan en los agujeros. Los venden en tiendas de artículos para bebés. Los hay de varias clases y son muy seguros.

Ventanas

·      Riesgo: Caída
·      Solución: Para las ventanas correderas existen unos topes que limitan su deslizamiento. Se debe dejar una rendija de no más de 12 cm. por la que se pueda ventilar la habitación y por la que no pase la cabeza de un niño. También hay que evitar colocar bajo las ventanas mobiliario al que se pueda fácilmente escalar, como sillas, sofás, camas, etc.

Encendedores

·      Riesgo: Incendio de la vivienda o quemaduras en el niño
·      Solución: Colóquelos en alto, jamás escondidos en lugares donde lo puedan encontrar. Por supuesto, si es usted fumador ya conoce el los riesgos para la salud de su niño como fumador pasivo.

La chimenea

·     Riesgo: Un clásico punto de riesgo para los niños, tanto por las posibles caídas como por la tendencia que tienen a jugar quemando papeles u otros objetos, con el riesgo de incendios y quemaduras que conlleva.
·     Solución: Una reja alrededor del fuego que solo puedan abrir o saltar los adultos no nos libra de la vigilancia, pero puede evitar sustos.
Cuerdas

·     Riesgo: En este punto incluiremos cordeles, cables, cinturones (Ojo al cinturón del albornoz) o hilos con los que los niños pueden asfixiarse a sí mismos o a otros niños jugando.
·     Solución: Mantenerlos fuera de su alcance.
 



Objetos pequeños

·         Riesgo: De 0 a 3 años suelen echarse a la boca todo lo que cogen, y al tragar un objeto pequeño pueden sufrir asfixia u otra serie de complicaciones a lo largo del aparato digestivo.
·         Solución: Directamente, tirar a la basura cualquier pieza o juguete que pueda tragar. No es suficiente con apartarlos de su alcance, pues siempre hay algún hermano mayor o adulto que no es consciente del peligro y permite que jueguen con ellos.


Objetos cortantes (Tijeras, cutters, cuchillos)

·      Riesgo: Desde cortes superficiales a heridas profundas con abundante pérdida de sangre.
·         Solución: Mantener fuera del alcance de los niños. Ojo a la hora de comer con adultos, en la mesa pueden alcanzar un cuchillo y para ellos todo es un juego. Y prohibido dejar el cuchillo jamonero al lado del jamón. Guárdelo. Los niños pueden utilizar las tijeras de punta roma, pero siempre bajo la supervisión de un adulto.
 
Objetos Punzantes

      ·         Riesgo: Los lápices, bolígrafos, rotuladores y las pajitas para         
            bebidas entran dentro de esta  categoría. Se pueden clavar o
            producir heridas en partes blandas como ojos, oídos o boca.
      ·        Solución: Los lápices, bolígrafos y rotuladores son para pintar, no
            para correr con ellos en la     mano. Aquí no hay más remedio que
            realizar un persistente trabajo educativo, al igual que con las
            baquetas de un tambor, la pajita, los tenedores y las cucharas.



Puertas                                                  

 ·         Riesgo: Aplastamiento de dedos
·         Solución: En las tiendas especializadas en bebés venden unos plásticos que se pegan entre la puerta y la jamba que impiden que los niños puedan meter el dedo y pillárselo en la zona de las bisagras. También son muy recomendables unos topes anti-portazo que impiden que la puerta se cierre del todo. Los hay de suelo (La puerta se queda fija en una posición) o laterales de goma que absorben el golpe.

Los muebles
·         Riesgo: Golpes contra picos y esquinas, vuelco de estanterías y otro mobiliario, caída de objetos decorativos
·         Solución: Procurar comprar mobiliario sin aristas cortantes ni esquinas puntiagudas. El acero y el vidrio son más duros que la madera y por tanto los golpes son más dolorosos. Lo más peligroso es el vuelco de muebles cuando los niños intentan escalarlos, sobre todo estanterías con libros. Se deben de fijar a la pared con alcayatas u otro sistema que imposibilite el vuelco.


Las escaleras  

·         Riesgo: Caída. Las más peligrosas son las de bajada. Ojo la escalera de bajada al sótano en chalets y dúplex.
·         -Solución: Se debe colocar una puerta o reja abatible de 1metro de altura con un sistema de apertura de seguridad.


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